Esta semana estuve invitada a participar en el Acuerdo Nacional exponiendo algunas ideas sobre el tema educativo. Había gente de primer nivel, con muchos conocimientos sobre la materia. Mi participación, imagino, se debió al tema económico, que para muchos es el gran problema de la educación. Si bien el aporte económico que el Estado debe hacer a la educación es importante, no todo empieza y acaba ahí. Muchas veces lo grande debe enfrentarse de a poco, y siento que en las políticas sobre educación del AN no ha habido una priorización adecuada, pensando que todo debía estar listado en el Acuerdo para que estuviera en este mundo. Quizá si hubiéramos sido menos optimistas y focalizado las necesidades hubiéramos avanzado más.
La educación en el Perú no sólo es de mala calidad, sino inequitativa. Como sabemos, en el Perú las pruebas de lectura y comprensión de textos tomadas a niños de cuarto grado de primaria nos colocaron en el penúltimo puesto. Hubo sólo un país con indicadores más bajos que el Perú: Haití. Esto empeora cuando se comparan los colegios estatales de las zonas urbanas con los de las zonas rurales, donde el nivel educativo es 89% por debajo de suficiente. Y si comparamos los colegios estatales con los no estatales, la brecha es aún más profunda. Así, podemos concluir en que debemos mejorar la calidad de la educación y reducir la brecha entre educación urbana y rural, y la que existe entre colegios estatales y no estatales.
Pero un problema serio es que el dinero que se asigna a educación va a subir los sueldos a los profesores “salarizando” la educación, sin preocuparnos por evaluar el desempeño del maestro. El dinero que se asigna a educación acaba sí o sí en alzas de sueldos, no importando el producto que reciban los alumnos. Esto en gran parte se lo debemos al Sutep, a quien poco le importa la enseñanza y más bien lucha por aumentos indiscriminados. Por suerte existen algunos buenos profesores que hacen cosas increíbles con pocos recursos, capacitándose y tratando de trasladar conocimientos actualizados a sus alumnos.
En la conferencia antes mencionada, León Trahtemberg, refiriéndose al AN, nos decía que para reformar hace falta cirugía y que las políticas sobre educación del AN eran pura poesía. No puedo sino coincidir con Trahtemberg y rogar que seamos capaces de reducir el número de temas incluidos en el AN con la esperanza de que seamos capaces de priorizar al menos una política educativa y sacarla adelante. De otra manera seguiremos en la poesía sin llegar nunca a la cirugía.
Fuente: Correo – OPINIÓN
Fecha: Lunes 22 de noviembre de 2004